Fue un espectáculo extenso, no fácil de ser logrado. Durante dos horas y media, donde el protagonista tuvo que bailar y cantar casi todo el tiempo. El parámetro sobre la efectividad que tuvo fue el público lo filmó y sacó fotos. Todo el tiempo se vieron miles de luces pequeñas en la multitud.
Era como entrar y salir del túnel del tiempo. Cada tanto todos caían en cuenta de que no era el verdadero Michael Jackson, cuando Sergio Cortés, entre canción y canción agradecía, saludaba y hablaba al público en su español castizo.
El espectáculo “Tributo a Michael Jackson” en el populoso Delmi la noche del viernes 11 de noviembre, fue de menor a mayor. Al principio la gente miró todo con la expectativa y ese temor lógico de que por fin podía corroborar todo lo que se decía del show de Cortés.
Lo que comenzó con la duda debido a lo que suele ocurrir cuando surgen algunas fallas de sonido de los instrumentos y las voces del coro. Al poco tiempo subsanado ese trance. El resto fue puro disfrute, asombro, nostalgia y sincronicidad.
Vale decirlo, un show no apto para incrédulos. A tres metros del escenario casi ni se notaban las fisuras que nunca faltan en todo espectáculo y se pudo apreciar que no era “playback”. Si uno cerraba los ojos y se dejaba llevar por su magia, era Michael en imagen y semejanza.
En el vestuario, la puesta en escena, similar a uno de los shows más impactantes de "Rey del Pop". Un punto para destacar es su voz en vivo. Suena increíblemente natural y original. He aquí el verdadero fuerte del espectáculo de Cortés, al punto que su baile no contrasta, dado que se ensambla entre su elenco con bastante precisión.
A lo largo, el show se puede aprecias que fue visualmente digno, por lo sincronizado de la danza y el buen porte de sus bailarines. El grupo de músicos tampoco desentonó al momento de tocar cada nota cercana a fidelidad de los temas incluidos en los discos más celebrados de Michael Jackson.
La vedad o el buen resultado, lo efectivo de un show está en las caras de agradecimiento, satisfacción a la salida del espectáculo. La mayoría del público culminó esta travesía por “el mundo mágico de Michael Jackson” aplaudiendo y ovacionando a Cortés de pie. No se sintió defraudada.
A la salida la pregunta del millón era: ¿Es o no Michael Jackson? El verdadero Michael Jackson vino una sola vez en el país. Se puede decir que esta fue la segunda visita póstuma. Fue lo más cercano y fiel al “Rey del Pop” que pudimos ver los salteños.
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