Bajo el lema "La cultura no se clausura", un conjunto folclórico, seguidores, familias, bailarines asiduos concurrentes a la tradicional carpa en una original manifestación frente a la Municipalidad, tocaron bailaron el miércoles 1 de febrero por la mañana, para expresar su disgusto por la clausura de la carpa tradicional “El Torito”.
No se esperaba la reacción de la prensa ante la clausura y la manifestación. Fue hasta que a eso de las 10 de ayer, comenzaron a soñar las zambas y chacareras al ritmo del bandoneón, guitarra, bombo y la gente que se puso a bailar en plena calle.
Los funcionarios de la municipalidad hicieron un alto en sus tareas y salieron a mirar lo que pasaba. Con el intendente de vacaciones, funcionarios municipales a cargo, recibieron a los propietarios de la carpa, la familia del Jesús “Torito” Calisaya. Al término de la reunión a eso de las 13, los organizadores salieron a dar la buena noticia.
Torito Calisaya habló con emoción que por este año todo está solucionado, y la música y el baile para protestar se convirtió en un festejo. Nuevo Diario averiguó que se planteó el tema de los baños para mujeres, mejor de las instalaciones, entre otros requerimientos que no justificaba el tema de la clausura.
La buena nueva es que el “Rancho El Torito”, uno de los últimos bastiones las carpas tradicionales que quedan en Salta, continuará durante todos los fines de semana de febrero y en marzo. Los propietarios deberán comenzar con las mejoras que se piden. Como detalle nunca esgrimieron las razones de que lo clausura del domingo pasado.