Después de dos años y siete meses, Gimnasia y Tiro se sacó la mufa y logró festejar en el estadio Martearena, al vencer por la mínima diferencia a Juventud Antoniana, 1 a 0, y quedarse con el clásico. Así, el “Albo” es puntero y sigue invicto tras la segunda fecha del Nonagonal final.
Por una viveza y una buena defensa, Gimnasia se adueñó del triunfo en el quinto “derby” salteño de la temporada. Juventud mereció un poco más, pero el travesaño y Sand se lo negaron.
Después de algunos minutos de acomodo en el primer tiempo, y en donde comenzaron a aparecer los típicos roces y duelos personales en cancha (como el de Albornoz y Aguirre, o el de López, Motta y Ceratto), fue el "Albo" quien tomó las riendas del encuentro. Con claridad y juego bien ensamblado, de a poco se fue acercando al arco contrario.
Y en una de las primeras aproximaciones, quizás la más intrascendente, llegó la ventaja. Un remate de Ceratto con destino a las manos de Mulieri, fue equivocamente desentendido por el propio Mulieri, a quien se le escapó el balón y lo terminó aprovechando Vega, que andaba cerca, y de taquito la mandó a guardar.
Sin embargo, tras el gol, Gimnasia se fue perdiendo en el avance de Juventud, que con empuje pero sin ideas, acorralaba a los dirigidos por Botella en su arco. Y así consiguió peligrosas aproximaciones, en donde siempre salvó Sand sin dubitación.
El complemento fue casi una réplica del final de la primera parte. Un Juventud intenso, que a pesar de no tener juego claro tuvo algunas chances peligrosas, pero que quedaron en la nada por offsides y las impecables intervenciones de Sand. Y el “Santo” casi grita el empate con un remate de Ibáñez (lo mejor), pero que se terminó estrellando en el travesaño. El punto alto de Gimnasia fue la defensa. Nada más.