Cerca de las 19 aterrizó en el aeropuerto local, ahí lo esperó su familia y después una caravana de competidores de enduro lo acompañó hasta el Monumento situado a los pies del cerro San Bernardo.
Cientos de salteños se acercaron a saludarlo y él con la humildad que lo caracteriza, posó pacientemente con cada requerimiento de foto.
Entre cánticos y aplausos, Benavides se emocionó con todos sus familiares. El “olé, ole, olé, olé Kevin” sonó bien fuerte y él se trazó alcanzar el próximo año el primer puesto en la competencia más dura del planeta.