Si bien fue el Albo el que tomó la iniciativa, solo le duró los minutos iniciales. Y el Santo recién apareció sobre el final del partido cuando lo exigió en tres ocasiones a Mauro Leguiza.
Para colmo, Gustavo Módica se vio obligado a realizar una variante en esta etapa por una contractura que sufrió el marcador central Carlos Ramadán.
El equipo de Víctor Riggio arrancó mejor pero le faltó un hombre de peso en el área por las lesiones de Gonzalo Garavano y Alejandro Toledo. A Luciano Ceratto le costó volver a jugar en el ataque ya que se había acostumbrado a proyectarse por los extremos.
Gimnasia contó con chances de abrir el marcador a través de Luciano Herrera y Ceratto y después el clásico cayó en un pozo.
Juventud solo contó con dos intentos muy desviados de Leandro Zárate que le valieron reproches e insultos por parte de los hinchas de Gimnasia, que aún no le perdonaron que se haya cruzado de vereda.
En su debut como técnico del Santo, Gustavo Módica mandó a la cancha a Claudio Acosta en lugar de Lucas Acosta. Y el Betito respondió con un remate que estuvo bien contenido por Leguiza.
El jugador destacado fue el defensor Gonzalo Menéndez, quien estuvo cerca de abrir el marcador en los últimos minutos del encuentro.
No hubo tiempo para más y los dos clubes salteños se tuvieron que conformar con esa igualdad. La revancha será dentro de 48 horas y el que no falle se instalará en el cuadro principal de la Copa Argentina.