Si bien desde el entorno cercano al presidente, se indicó que hasta las elecciones no habrán sobresaltos, desde el mismo lugar señalaron que luego de octubre habrá reducción en los gastoscon el argumento de bajar el déficit fiscal y atraer inversiones.
El presidente Mauricio Macri pretende lograr una baja del déficit fiscal en 2018. Este año, el desequilibrio fiscal superará los 420.000 millones de pesos, algo que preocupa al Gobierno.
Paradójicamente, fuentes cercanas al jefe del Gabinete, Marcos Peña, negaron la versión del ajuste, aunque después dejaron entrever que se trataría de un recorte, sin impacto social.
De esta manera, para recortar el gasto, se analizan nuevos sistemas de contratación, así como una reducción de secretarías, subsecretarías, direcciones y coordinaciones. También, el congelamiento de incorporaciones a todo el sector público nacional y no reemplazar a los que se jubilen o renuncien; y se apostará a incentivar traslados al sector privado.
Después de octubre, Macri estudia una norma para congelar ingresos en todo el sector público. Resulta necesario analizar que, no obstante el discurso justificador de despidos, lo cierto es que según el último relevamiento del Ministerio de Trabajo el sector público nacional tiene 740.611 empleados públicos.
Es decir, sólo se redujeron 1436 puestos desde 2016. La suba salarial de 2015 por las paritarias estatales fue de 27,4%, y la de 2016 de 31%. Es decir, la masa salarial debió haber crecido un promedio de 29,2%, pero creció 34%. Prosiguiendo en el análisis de la estructura administrativa que se encuentra en la mira del primer mandatario, muchos ministros y funcionarios serán candidatos en las elecciones de octubre y al dejar el cargo se reducirían casilleros en el organigrama.
Muchas coordinaciones, direcciones y subsecretarías fueron creadas por el macrismo porque cuando ofrecía nombramientos en categoría A (la más alta) en planta transitoria (cargos políticos) los salarios eran de hasta 25.000 pesos y no podían convencer a profesionales para sumarse al Gobierno. Para sueldos más altos debían crear coordinaciones y direcciones.