La herramienta a la que apeló el Gobierno para la remoción fue un decreto en el que acusó al eyectado director de "mala conducta e incumplimiento de los deberes de funcionario público". Si bien en la decisión no se admite que el despido esté motivado en que su pensamiento no coincide con los lineamientos del titular del BCRA, Federico Sturzenegger, y con la Casa Rosada, se admite que el ahora exfuncionario realizó "diversas manifestaciones respecto de medidas adoptadas" por la entidad.
En el texto del decreto, el Poder Ejecutivo justificó el despido de Biscay (que tenía mandato hasta 2019) por entender que "existen variados y consistentes elementos de juicio que determinan la violación de la Carta Orgánica del Banco Central por parte del señor Pedro Martín Biscay", añadió.
Además, sostuvo que un dictamen de una Comisión Bicameral del Congreso de la Nación, conocido ayer, indicó que las actitudes de Biscay "no se compadecen con las obligaciones de su cargo y que afectan el marco de legalidad del Banco Central y los objetivos constitucionales del mismo, lo que configura un caso de mala conducta y violación de los deberes de prudencia y responsabilidad requeridos por la función que desempeña".
Según el dictamen del Congreso, "surge que las declaraciones públicas hechas por un director del Banco Central, no se adecúan en lo más mínimo a las políticas de comunicación de cualquier Banco Central mínimamente responsable".
"Tampoco se adecúan al deber de generar previsibilidad y confianza en las políticas del Banco Central, sino que por el contrario van en sentido inverso a dichas políticas, impactando por lo tanto negativamente en los efectos que dichas políticas buscan generar", agregó el documento parlamentario.