Con estos registros, la producción se encamina hacia los niveles de 1981 y confirma una tendencia declinante que comenzó en 1998, cuando se alcanzó un récord histórico. Hay varias causas que explican el fenómeno, señalan fuentes del sector petrolero. En 2016 se registró una fuerte contracción en la perforación de pozos y la industria se encuentra en un proceso de ajuste importante para adecuarse a la política del Gobierno de convergencia hacia los precios internacionales.
De esta manera, “los subsidios para el precio del barril criollo siguen sin dar resultados. Se requiere de una nueva política exploratoria con inversiones inmediatas para recuperar el abandono de 25 años en la materia y revertir la tendencia", lo aseguró Jorge Lapeña, presidente del Instituto Argentino de Energía, según reprodujo El Cronista.
El barril criollo llegó este mes a USD 55 para el Medanito -crudo que se extrae en la cuenca neuquina- y USD 47 para el Escalante (Golfo de San Jorge). Es un precio sostén que subsidia el Estado con miles de millones de dólares y tiene un impacto en el bolsillo de los argentinos. El barril criollo es en gran parte responsable de que en la Argentina suban los precios de la nafta, incluso si baja el del petróleo.
La idea es que el mercado quede totalmente liberado en 2018. Esto implicaría que cada empresa luego decidirá por su cuenta cuándo y en qué proporción se aumentarán los combustibles al público.
A esta compleja trama de precios y subsidios hay que sumarle que Vaca Muerta sigue sin despegar. Hay estudios que indican que la producción se duplicará en 2018 y se triplicará en 2019. Sin embargo, los valores internacionales del petróleo -por abajo de los 50 dólares- ponen en duda cualquier proyección.
El caso del gas es más difícil de explicar. El Estado destinó sólo este año casi $15 mil millones a las petroleras para fortalecer su desarrollo.
Ya en el mes de junio, un estudio que dio a conocer el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas, acerca de los principales indicadores del sector, reveló que a pesar de que se consumieron más derivados de petróleo, en materia de producción la media móvil de 12 meses cayó 3,9 por ciento. Mientras tanto, los consumidores pagan los subsidios a las petroleras.