Luciano Benjamín Menéndez, extitular del Tercer Cuerpo del Ejército, murió a los 90 años en un hospital de la ciudad de Córdoba. El represor estaba internado por una afección hepática desde hace unas semanas mientras afrontaba un juicio por delitos de lesa humanidad, informó la agencia Télam.
Menéndez recibió 13 condenas a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. En diciembre, el Tribunal Oral Federal 2 de Mendoza lo sentenció de por vida durante el séptimo juicio en la provincia por delitos cometidos contra 23 víctimas en la ciudad de San Rafael, entre 1976 y 1978. Para ese entonces, el militar ya cumplía prisión domiciliaria en Córdoba.
Nacido el 19 de junio de 1927, tres años antes del primer golpe militar argentino, creció en la certeza que el Ejército tenía un destino manifiesto: ser el guardián de la nación. “Necesitamos una guerra por generación”, dijo, cuando le dieron el grado de general a los 45 años. Se lo acusa de ser el “autor de escritorio” de secuestros, asesinatos, torturas y desapariciones: uno de los jefes de la dictadura militar que premeditó y planificó un “aparato organizado de poder”. Menéndez sabe que no podrá salir más en libertad: las condenas por lesa humanidad son imprescriptibles e inamnistiables.
“Cachorro” – así le pusieron sus superiores cuando entró al Ejército por ser hijo de un militar- sólo tiene permitido ir a los tribunales y a los consultorios médicos.
De los 622 ex militares de la última dictadura condenados por delitos de lesa humanidad, Menéndez es récord. Desde que la Corte declaró la inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final en 2005 y hasta la fecha -según datos de la Procuraduría contra Crímenes de Lesa Humanidad- fue imputado en 73 causas y acumula 12 condenas.
Las sentencias lo sitúan como principal responsable del “plan sistemático de exterminio que se impuso entre 1976 y 1983”. Siete de las condenas son de reclusión perpetua, tres de prisión perpetua, y las dos restantes de 20 y 12 años. Y cuatro de las perpetuas están firmes por resolución de la Corte Suprema.
“Él sigue justificando en los juicios que el Ejército salvó al país de una agresión interna financiada por el exterior. No existen dudas que muchas de las víctimas optaron por la lucha armada. Sin embargo, el Estado militar procedió al margen de la ley. Ante la sospecha de un delito, debieron hacer lo mismo que hoy estamos haciendo con ellos”, dice el fiscal Trotta.
Calmo y entusiasta, el ex jefe militar sigue repitiendo que Argentina “vivió la Tercer Guerra Mundial entre Occidente y el marxismo”. Como si los días de los 382 años de prisión no le afectaran.