El anuncio de la partida de la funcionaria fue encabezado, por el propio Macri, quien se presentó en una conferencia de prensa que se realizó en Casa Rosada. A su lado, Malcorra agradeció la oportunidad de ser canciller y repasar parte de su gestión.
El flamante canciller Jorge Faurie, es un diplomático de carrera. Nacido el 24 de diciembre de 1951, Faurie es Embajador Extraordinario y Plenipotenciario desde el año 1998 y su formación la realizó en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación, del que egresó en 1976.
En el Palacio San Martín fue vicecanciller durante la gestión de Carlos Ruckauf, tras la crisis de 2001, y que actualmente estaba a cargo de la Embajada argentina en París.
Mientras que durante el kirchnerismo ocupó la Secretaría de Coordinación y Cooperación Internacional entre 2014-2015 y previamente había sido designado embajador ante Portugal entre 2002-2013.
Faurie también fue Director Nacional de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1998-1999; Jefe de Gabinete de la Secretaría de Relaciones Exteriores del Ministerio de Relaciones Exteriores en 1997-1998; y Director de Mercosur del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1992-1994, entre otros cargos.
Susana Malcorra renunció a su cargo como canciller por razones familiares. La actual titular del Palacio San Martín dijo que se mudará a España. Malcorra sostuvo que la cancillería fue la máxima responsabilidad y el máximo honor que tuvo como persona y agregó que estaba convencida de que su tarea la hizo poniendo el interés de la Argentina y de los argentinos como prioridad.
Los cuestionamientos a Faurie
Faurie se desempeñó como jefe de Protocolo durante el gobierno del expresidente Carlos Menem, cuando generó una cercana relación con Ramón Hernández. Después, como vice canciller de Carlos Ruckauf tuvo una frustrada tarea cuando se destapó el escándalo de cuentas tanto del expresidente como de Hernández, en bancos suizos. Enseguida, fue separado de sus funciones y designado como embajador en Portugal, donde permaneció 10 años, para luego cambiar su destino laboral a la capital francesa.
El nuevo canciller estuvo ligado al escándalo de las cuentas suizas de Menem y su secretario en varios aspectos. Como gesto de amistad, Faurie le renovó el pasaporte diplomático a Hernández, a pesar de que estaba en medio de una investigación judicial por enriquecimiento ilícito, permitiéndole pasar las aduanas y oficinas de inmigraciones sin control en los aeropuertos del mundo.
Pero también surgió de las declaraciones juradas de Faurie que mantuvo una sociedad comercial con Hernández, en un proyecto gastronómico que finalmente no se llevó a cabo, además de haber evitado declarar dos campos en Santa Fe.
Una vez destapado el escándalo de las cuentas en Suiza, Faurie fue la primera víctima política del enriquecimiento menemista, pero como buen soldado recibió el "perdón" y el exilio en Europa. Pero la vida siempre da revanchas y ahora será quien tenga el rol diplomático más importante.