Se refería a la causa en la que se lo investiga sospechado de ser el jefe de una banda de narcotraficantes, xpediente N° 148, iniciada a principios de 2006. Sin embargo, afirmó que el abogado Luciano Ciscato le pidió 200 mil pesos para que no lo procesaran en el Juzgado Federal de Orán en la causa 148.
Castedo, quien además del proceso judicial por narcotráfico carga con la acusación de haber mandado matar a la pequeña productora rural Liliana Ledesma (en septiembre de 2006), fue indagado ayer en el Juzgado Federal N° 1, a cargo de Julio Leonardo Bavio, en otra causa, en la que está imputado junto a Reynoso, Ciscato y la también abogada Romina Reynoso Sosa.
Organizados para beneficiar a Castedo
En este caso a los cuatro se les atribuye haberse organizado para posibilitar que el sindicado narcotraficante sea beneficiado en la causa 148, a cambio de un pago en efectivo. La acusación sostiene que, como parte de las acciones para beneficiarlo, el 5 de diciembre de 2013 se fraguó un acta de declaración indagatoria en la que aparece Ciscato firmando como defensor de Castedo y Reynoso Sosa, que era secretaria del Juzgado, dando fe de la presencia del acusado. Pero Castedo, quien estuvo prófugo por casi diez años y fue detenido en julio pasado, viene negando que haya participado de esa indagatoria. Ayer ratificó esa afirmación.
Reforzado operativo de seguridad
Traído poco antes de las 9, en medio de un reforzado operativo de seguridad que incluyó gendarmes armados en el techo del edificio judicial, Castedo aseguró que no participó de la maniobra que se le imputa.
Así lo informó su defensor, Mariano Ariel Alvarez: “(Castedo) negó la conexión que se le quiere hacer con Reynoso por una cuestión económica”, sostuvo. “Él al menos no lo puede confirmar a eso”, añadió el abogado respecto de la acusación de que el ex juez lo benefició a cambio de dinero.
Alvarez añadió que su defendido manifestó que “en varias oportunidades (Ciscato) le requirió dinero, (pero) nunca le manifestó para qué, o sea que tampoco Castedo pudo dar fe que Reynoso estaba detrás de todo esto”.
No era un abogado de confianza
El defensor argumentó que Ciscato era abogado de Castedo, pero “no de confianza, era una persona que se prestó a monitorear la causa, que de hecho no hacía penal, hacía civil, y con el cual tenía una relación bastante laxa porque no era que tenía una relación de confianza normal de un abogado con su defendido, sino que era una relación esporádica”, aseguró.
El abogado aseveró que Castedo ni siquiera estaba enterado que Reynoso lo había eximido de prisión dos veces en el trámite de la causa 148. “Nunca fue notificado de ninguna eximición de prisión, por lo cual tampoco sabe”, sostuvo Alvarez.
Y añadió en la última charla que su defendido tuvo con Ciscato, éste “le dijo que si no ponía esa plata (200 mil pesos) lo iban a procesar; y él (Castedo) dijo, bueno, "que me procese”. Alvarez especuló con que “el artilugio” de la falsa indagatoria fue pergeñada para poder procesar a su defendido y de esa manera subir la cotización de la libertad de Castedo.
“Por ahí no se llegó a requerir el dinero (…), por ahí faltó una etapa más, y quedó (…) en una tentativa, pero yo creo que materializando esa indagatoria, la libertad de Castedo valía mucho más. Entonces, para mí fue una forma de coaccionarlo más. Coacción que no se llegó a materializar, pero entiendo que ese fue el objetivo de esa falsificación de la indagatoria” porque “con esa indagatoria, Castedo tenía un procesamiento casi inminente”, razonó.
“El problema no era Orán, era Tartagal”, dijo el defensor
El abogado Mariano Alvarez reconoció que su colega Luciano Ciscato fue a Orán a interiorizarse de la causa por narcotráfico contra Delfín Castedo, “para tratar de solucionar algo”.
Y que “después le requirió dinero, 200 mil pesos, a lo que Castedo se negó, porque en realidad el problema de Castedo no era Orán, el problema era Tartagal”.
Alvarez hizo referencia así a la imputación que pesa contra Castedo de ser, junto a su hermano menor Raúl Amadeo Castedo, el autor intelectual del asesinato de Liliana Ledesma, hecho por el cual se había pedido su captura nacional e internacional. “Qué ganaba Castedo pagando una coima en Orán, si el pedido de captura lo tenía en Tartagal también. No solucionaba nada”, razonó el letrado.
