La causa, que se ventila en la Sala I del Tribunal Oral Federal de Salta, tuvo ayer su segunda audiencia a cargo de la magistrada Liliana Snopek. Están siendo juzgados el entonces jefe de Policía Hugo Liendro, por peculado, y Sandra Natalia Otero, por partícipe necesaria del delito de peculado.
Se escucharon los testimonios del comisario Juan Carlos Miguez y del periodista Daniel Pantoja.
En un primer momento se informó que no se hizo la pericia caligráfica, que se había solicitado en virtud que no se tuvo acceso a la firma de Liendro en una credencial original.
Posteriormente se llamó al primer testigo, el ex jefe de la sección Automotores Secuestrados, comisario Miguez.
Reconoció el Peugeot azul eléctrico que inició la causa de los autos secuestrados, que eran utilizados de manera discrecional. Dijo que lo recordaba porque es un color que no pasa desapercibido y que lo había visto en el depósito.
Investigación periodística
En lo que fue la testimonial del periodista Aníbal Daniel Pantoja, hoy Editor de Nuevo Diario, se hizo hincapié en la investigación periodística. Así el fiscal Carlos Amad le consultó sobre el porqué se inicia la investigación, relatando Pantoja que se recibieron en Nuevo Diario una serie de denuncias anónimas, que se iban corroborando en el transcurso de los días.
Reconoció que se intentó hablar con el entonces jefe de Policía Liendro para que diera su versión de los hechos, algo que nunca se pudo concretar.
De Otero sí lograron declaraciones, en las que la mujer señalaba que el uso del Peugeot en cuestión le había sido autorizado por el secretario de Seguridad Gustavo Ferraris. Pantoja dejó señalado que ese Peugeot no era el único vehículo que se había confirmado como entregado a terceras personas. “Nosotros en la investigación vimos entre 7 o 10 autos que habían sido secuestrados y estaban estacionados en domicilios particulares”.
En ese punto Santiago Pedroza, defensor de Otero, hizo referencia a una Grand Cherokee, a lo que el periodista dijo: “sí, esa camioneta corroboramos que estaba siendo utilizada por Ferraris, quien además de confirmar esto aclaró que se trataba de un vehículo decomisado, no secuestrado”. Allí se aclaró que el decomiso se produjo por haber sido encontrado abandonado en barrio Hipódromo, con documentación “melliza”.
Eso fundamentó la citación a Ferraris. Finalmente contó que en aquella época se recibieron amenazas en Nuevo Diario.