La audiencia de juicio se llevo adelante en la Sala III del Tribunal de Juicio y se logró acordar una pena de 12 años de prisión por los delitos cometidos en contra de su hija.
En el relato de la madre de la víctima y ex pareja del acusado, la misma hizo referencia a una convivencia con episodios de violencia, producto del estado de ebriedad en el que llegaba al hogar. En el último hecho sufrido, quedó internada y el hermano de la denunciante hablo con el acusado y lo expulsó de la casa. A partir de ese momento, no supieron más del violento.
Tiempo después, en una conversación con la mayor de sus hijas (de 11 años) en busca de prevenirla ante posibles problemas y manifestándole que siempre confiara en ella para brindarle ayuda, la menor rompió en llanto y le contó que en una ocasión, en que quedó a cargo de su padre cuando el resto de la familia realizó un viaje a Bolivia, antes de que lo echaran de la vivienda, fue abusada por su progenitor.
En vista de ello, la madre radicó la denuncia contra su ex pareja, de quien desconocía el paradero. Luego tras dos años se logró detener al acusado, quien según surge de las declaraciones de la menor era amenazaba para que no contara nada de lo ocurrido.