En 2007, con la llegada del gobierno de Juan Manuel Urtubey, se impulsó la aplicación de un software para controlar las máquinas. Antes de ello, el consuegro de Juan Carlos Romero dejó el negocio y se marchó de Salta con los bolsillos llenos, aunque claro siempre se sospechó que una buena parte quedó en la familia.
Posteriormente, Lucía Romero, también ingresó al círculo de negociados con los Glazman, por ejemplo, en la empresa Brugereña SA, donde ocupa un cargo en el directorio, el cual preside su esposo, Nicolás Glazman, heredero de las empresas de la familia.
En la sección de social del diario Ambito Financiero, uno de los pocos medios que pudo informar sobre la boda, se brindaron algunos detalles de la fiesta. La crónica resaltó al joven Nicolás Glazman como protagonista de una de las fiestas más “granadas” de la provincia.
Al referirse a Lucía Romero, la novia, el medio gráfico la definió con la “predilecta” del ex gobernador.
Hoy, este apellido vuelve a resonar en la mansión de Castellanos, aunque no para ser motivo de festejo, sino por una condición en común con el patriarca local: la investigación de la justicia por hechos de corrupción. Romero tiene más de diez causa penales en su contra por supuestos delitos de fraude, peculado y asociación ilícita e incluso un pedido de desafuero pendiente en el Senado de la Nación.