En una declaración en la que la periodista quebró en llanto en distintas oportunidades, su relato, hizo un resumen de la situación que se vivió en aquel 2005, cuando trabajaba de manera solidaria, con las mujeres de los policías que se encontraban en un conflicto salarial y autoacuartelados.
“Nunca supe la procedencia de ese vehículo, sé que tenía una tarjeta verde, que autorizaba a su circulación”, señaló.
En ese sentido referenció que su vehículo particular estaba en condiciones mecánicas de riesgo, por tanto como la empujaba la intención de ayudar a las mujeres: “Las llaves del vehículo me fueron entregadas en el escritorio de Manuel Brizuela, para hacer trabajo social, por el propio Ferrris, a quien le conté el estado de mi auto particular, me dijo lo solucionamos”, agregó Otero.
El auto en cuestión un Peugeot 206, que todavía está en el depósito de la Brigada de Investigaciones, fue retirado por Otero, del estacionamiento del Grand Bourg. Dijo que sólo lo manejó por dos o tres meses y lo entregó días antes que se publicara la noticia en Nuevo Diario.
Otero nombró en su declaración a Brizuela (ex ministro de Gobierno),Celina Ferreyra (esposa de un policía), Hugo Guerra (chofer del ex vicegobernador Walter Wayar), Adriana Portal y Marcela Corte, ambas funcionarias.