El religioso llegó sin esposas a la fiscalía, contrario a lo que ocurre con el resto de los detenidos, que siempre arriban esposados, y se las retiran al momento de la audiencia. Se presentó junto a su abogado defensor Raimundo Sosa, quien en estos días tomará contacto con la causa para accionar en su defecto.
No declaró en la audiencia ante la fiscal, pero a la salida sorprendió que se lo dejara hablar con la prensa, sin dificultad alguna. Allí dijo que las denuncias son difamatorias y las relacionó con la sicosis de abusos aberrantes, que relacionan a miembros de la iglesia.
En la charla con los medios, dijo conocer a la hermana Magdalena (nombre de Valeria Zarsa en el instituto). En cambio a Jair, otro de los denunciantes, dijo “no lo conozco de muy chico, fue presentado por otro hermano, terminaba su secundario y estaba en la Patagonia, yo lo veía una vez al año”.
De acuerdo a lo que se supo esa denuncia es la que provoca su detención. Definió a esta situación como una persecución, desconociendo el objetivo. Sobre su relación con el Arzobispado y con la figura de monseñor Mario Cargnello, sostuvo que “el instituto contó con la aprobación de Blanchoud y Cargnello se tomó un año para revisar la documentación y en 2010 se aprobó por decreto.
Rosa Torino, se declaró inocente frente a la prensa.