Ni bien iniciada la audiencia se planteó que la testigo R.R.V., a quien se prohibió nombrarla por ser testigo protegido, debía estar en el recinto y no en una sala contigua testificando por video conferencia.
La resolución sobre si se hacía o no lugar al pedido de las defensas y de la propia ex pareja de la mujer llevó desde las 9 hasta casi las 11, cuando el Tribunal determinó que la mujer ingresara al recinto.
Se pidió el retiro del público y a los periodistas presentes se les solicitó evitar nombrar a la testigo y sobre todo no mostrar su rostro.
Luego siguieron otros dos cuartos intermedios; uno para resolver el careo solicitado por Gómez y Reynoso, a lo que no se hizo lugar. Finalmente el último corte fue para resolver un planteo del defensor oficial Tomás Del Campo, a quien también le rechazaron la postura sobre la finca Mollinedo; esta se menciona como entregada a R.R.V., quien luego en un escribanía hizo una transferencia a Rosalía Aparicio, imputada en la causa. Es la misma Aparicio quien, a través de Del Campo, pidió le permitan seguir en Orán las audiencias porque económicamente se le hace muy difícil poder asistir cada lunes a esta Capital. Algo que le fue rechazado.
La finca Mollinedo, de 700 hectáreas, le fue “vendida” por Pablo Vera a R.R.V. en 150 mil pesos y a Aparicio por 175 mil pesos.
“Perseguido serial”
La audiencia, cuando ya promediaba las cinco horas, fue cargándose de gritos y modos duros de referirse entre las partes. El defensor Del Campo llegó a decir, por los planteos de hostigamiento que hacía el fiscal Carlos Amad, que “mejor no se meta”. Para luego enganchar con una dura frase: “el fiscal es un perseguido serial, usted cree que solo estamos amedrentando”.
La querella representada por Carlos Garmendia dijo que “es extraño que usted defensor oficial, funcionario público, se dirija con esos modos a la testigo, inquisidor y a los gritos, una falta total de todo”.
En ese clima Del Campo planteo que el TOF estaba prejuzgando por un hecho anterior. Esto fue rechazado por los jueces.