Asimismo, resaltó distintos aspectos que sostienen la hipótesis criminal de la fiscalía, la que tiene como principal sospechoso a Santiago Zambrani y destacó la tarea de la División Homicidio y el trabajo del Grupo de Búsqueda y Rescate, compuesto por efectivos de distintas fuerzas de seguridad.
En su contacto con los medios, Ramos Ossorio señaló varios aspectos vinculados a la investigación que la fiscalía dirigió desde la desaparición de Paola Alvarez, el 5 de mayo pasado de una vivienda de barrio Autódromo, donde estuvo con el acusado, quien fue la última persona que la vio con vida.
Indicó además que las pesquisas demandaron cierto tiempo en vista de la complejidad del caso, ya que no sólo no se contó en ningún momento con la colaboración de Zambrani, sus familiares ni su defensa, sino que se entorpeció la investigación.
Esto permitió poner en marcha un nuevo rastrillaje que se situó en la zona de la Cornisa, un sector que aún restaba recorrer.
“Se determinó un cuadrante que comprendía unos 38 kilómetros de búsqueda, que partía de norte a sur. Cuando los rescatistas llegaron al kilómetro 15, dieron con el cuerpo hallado a unos 200 metros de la ruta, en un barranco, ubicado en el kilómetro 1.640, sobre la ruta 9, en La Caldera”, explicó.
“El hallazgo fue realizado por el grupo de Búsqueda y Rescate, liderado por el Sargento, Abán, quien junto a otros siete efectivos de distintas fuerzas, y a dos perros llevaron adelante esta tarea. Se trata de hombres especializados que hacen este servicio de manera voluntaria, lo cual desde ya es muy loable”, agregó.
Los peritos realizaron las tareas y posteriormente el cuerpo fue trasladado a la morgue del CIF, donde se llevará a cabo la autopsia, como así también en los laboratorios de ese mismo centro forense se analizarán los rastros descubiertos en el lugar del hallazgo.
La hipótesis criminal
Sobre la imputación contra el ex novio de Paola, el fiscal explicó que “son numerosas las pruebas que existen en su contra, lo que permitió a esta fiscalía insistir con la hipótesis criminal de que Zambrani fue quien dio muerte a la joven”.
No descartó como mecánica del deceso un posible “envenenamiento”, el “mismo acusado la pudo llevar hasta ese barranco, donde la arrojó convencido de que no la iban a encontrar”.
Finalmente, Ramos Ossorio señaló que también se probó el vínculo entre la víctima y el acusado, por lo que es muy posible que se agrave la calificación penal a “femicidio”, con lo cual la pena, obviamente, es mucho más grave.
