Ahí, a primera hora de la mañana, con decenas de miles de personas desplazándose por las entrañas del centro de Manhattan para ir a sus puestos de trabajo, se produjo el estallido de un artefacto casero.
Sólo hubo cuatro heridos, incluido el sospechoso, Akayed Ullah, un ciudadano de 27 años originario de Bangladés que llevaba la bomba pegada al cuerpo. El alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio, consideró lo sucedido como un “intento de ataque terrorista”.
La vida de los neoyorquinos no se entiende sin el metro. Los túneles son sus grandes arterias. Ahí también es donde se concentran los grandes miedos de los más de ocho millones de vecinos y de las autoridades que velan por su seguridad.
“Gracias a Dios el perpetrador no logró su objetivo último”, reconoció el alcalde, consciente que la ciudad podría haber sufrido una verdadera masacre. Las primeras indicaciones señalan a un ataque inspirado en el Estado Islámico. También en los últimos atentados islamistas perpetrados en Europa.
El estallido en la terminal
El estallido se produjo a las 7.20 de la mañana, hora local, en un largo y estrecho pasadizo que conecta la estación terminal de autobuses y las líneas que bajan por Octava Avenida con la boca de metro de Times Square situada en la Séptima Avenida.
Ullah montó la bomba, con forma de tubo, siguiendo las instrucciones de los manuales que el Estado Islámico cuelga en Internet. La policía no descarta, sin embargo, que el artefacto de fabricación pudiera haberse activado de una manera casual. Detonó parcialmente, porque uno de los capuchones se soltó. Eso provocó que la deflagración escapara por uno de los extremos. Los tres heridos eran personas que estaban cerca.
“La realidad es que somos objetivo de los que están contra la democracia y la libertad”, indicó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. El intento de atentado suicida ocurrió cuando en la memoria de los vecinos está aún muy fresco el atropello intencionado en un carril bici junto al World Trade Center el día de Halloween, en el que fallecieron ocho personas, entre ellos cinco amigos argentinos. Fue el primer atentado con víctimas mortales desde el ataque suicida contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001.
El sistema de metro de Nueva York es masivo. Lo usan a diario 5,6 millones de personas. La estación en Times Square, situada en la calle 42, es un punto neurálgico de la ciudad. Por ella transitan 230.000 personas durante una jornada normal de trabajo. Cualquier incidente, por pequeño que sea, crea un efecto en cadena.
La atraviesan una docena de líneas de metro que conectan con la terminal de autobuses y con las estaciones de tren en Madison Square y Grand Central.
Por día pasan por el lugar 230.000 personas
El sistema de metro de Nueva York es masivo. Lo usan a diario 5,6 millones de personas. La estación en Times Square, situada en la calle 42, es un punto neurálgico de la ciudad.
Por ella transitan 230.000 personas durante una jornada normal de trabajo. Cualquier incidente, por pequeño que sea, crea un efecto en cadena. La atraviesan una docena de líneas de metro que conectan con la terminal de autobuses y con las estaciones de tren en Madison Square y Grand Central.
El estallido forzó la evacuación inmediata de todas las estaciones, así como de la terminal de autobús. El comisario jefe del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), James O´Neill, explicó que hay cerca de 3.000 agentes custodiando la red las 24 horas del día. Los agentes cuentan con una unidad antiterroristas que dispone de su propio servicio de inteligencia. La ciudad está en alerta permanente desde el atentando contra el World Trade Center en 1993.