Si el nuevo gobierno francés consigue la aprobación del Senado, Macron podría avanzar en la reforma del código laboral sin tener que someterla a debate en el Parlamento. El proyecto choca con numerosas críticas por parte de los sindicatos, que temen la pérdida de derechos laborales de los trabajadores.
En la Asamblea Nacional, donde el partido de Macron, La República en Marcha, y sus aliados tienen amplia mayoría, el proyecto fue aprobado por 270 votos a favor y recibió 50 en contra, reportó la agencia de noticias DPA.
El gobierno no tiene mayoría en el Senado, pero se espera que el proyecto sea aprobado con el apoyo de la oposición de centroderecha y algunos legisladores socialistas. El Ejecutivo considera que el derecho laboral francés actual frena el desarrollo de empresas y la creación de puestos de trabajo, que los trabajadores no están bien protegidos y que las leyes no se corresponden ya con la realidad empresarial.
El proyecto, que pasará ahora al Senado, fija los temas de la reforma pero no el contenido exacto, que se determinará mediante decretos. El gobierno aspira a una mayor flexibilidad para que los detalles sean regulados con más frecuencia con negociaciones internas entre empresarios y trabajadores.
Además, los medios franceses estiman que en la reforma se reducirán las indemnizaciones por despido improcedente.
