En su mayoría destinados a organizaciones criminales brasileñas como el Primer Comando Capital (PCC), que actúa entre Río de Janeiro y San Pablo, y el Comando Vermelho (CV), dirigido por cabecillas actualmente recluidos en diversas cárceles de dicho país.
Respecto al ingreso a la Argentina, “la cantidad es menor pero va en aumento. Desde Paraguay, considerado ‘territorio corredor-bisagra’, parten los cargamentos en avionetas que aterrizan (o directamente descargan) en campos del Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero, Corrientes, Misiones, aprovechando que no hay sistemas de radares que pueden detectar los vuelos. O se llevan en buques que navegan los ríos Paraná y Paraguay; o en camiones que cruzan los numerosos pasos limítrofes sin problema alguno”, puntualiza.
Zona de riesgo
Según dicho informe “el Paraguay importa ilegalmente armamentos modernos de alto calibre como también de guerra, destinados al mercado interno, para después revenderlas en Brasil y Argentina, donde hay una sostenida demanda”. Al respecto, el Ministerio del Interior paraguayo confirmó “que hay 700.000 armas no registradas en poder de la población, en tanto 210 agencias privadas emplean a 34.000 agentes de seguridad, número superior al de policías actualmente en actividad…”
La fundación costarricense destaca de su lado: “para el crimen organizado, este negocio es uno de las más lucrativos en la Triple Frontera, junto al comercio de drogas, el contrabando de cigarrillos falsificados, productos informáticos, electrónicos, medicamentos, autopartes desguasados de vehículos robados. En Ciudad del Este proliferan tiendas donde cualquiera puede comprar el arma que busca, ya que nadie controla nada. Así lo mostraron informes periodísticos difundidos por medios importantes, como las redes Globo y Record del Brasil; la cadena colombiana Todelar, CNN de los EE.UU. o el canal 13 de Buenos Aires, entre otros”.
Decomisos realizados por milicias brasileñas de Foz de Iguazú, revelan que incautaron en la cabecera del Puente de la Amistad, pistolas 9 milímetros, magnum, escopetas calibre 12, fusiles, revólveres, municiones, armas automáticas o de combate prohibida para civiles, como fusiles de asalto AK-47, AK-75, M-16, Galil, G3, mini-ametralladoras UZI. Hasta ametralladoras anti-aéreas robadas de regimientos paraguayos. O vendidos por sus oficiales a bandas delictivas.
En cualquier puesto callejero se compran revólveres Bersa y Rexio de producción argentina; Taurus y Rossi del Brasil; pistolas Jericho de Israel; Norinco de China; Lama y Astra de España; las italianas Beretta o Tangfolio, además de municiones procedentes de México, Israel, Italia y Sudáfrica. Millonario comercio fronterizo.