Realidad que muestra a nuestro país con su bagaje de problemas, dejamos de pensar en la inseguridad que todos los días es noticia funesta; en que los políticos no dan un buen ejemplo con su ambición desmedida y mentiras para hacer “todo por los más necesitados”; en que Cristina sigue libre y consecuentemente en que la Justicia es injusta; en que nuestro presidente “no da pie con bola”; porque el índice de pobreza aumenta a consecuencia de los errores gubernamentales; en que los empresarios hacen su agosto en este momento en que tendrían que ser solidarios con sus/nuestros compatriotas; en que la Selección está jugando muy mal y así nos olvidamos de tantos temas generales y personales que nos agobian.
Desde las 22,40 en que apareció Sergio Cortés, “el imitador oficial” de Michael Jackson, entramos en otro mundo, sorprendidos por su parecido, admirando su voz, tan “igual” a la del “Rey del Pop” y a sus movimientos clonados que por ese momento, ese instante, creímos que Michael Jakson sigue vivo. Con solo cerrar los ojos y escucharlo, al abrirlos la invasión multicolor de un espectáculo con la presencia ya no del “imitador” nos decía que allí estaba el verdadero Jackson.
Demás está decir que los otros 10 integrantes del espectáculo no desentonaron, al contrario, ayudaron a que ese momento fuera un lujo visual para los espectadores que acompañaron de pie, cerca del final del espectáculo las canciones y baile de este revivido Michael.
Este momento mágico también tuvo su final.
Si, dos horas y 21 minutos después de su inicio la magia terminó. El artista y su elenco se llevaron los aplausos, y la admiración de los presentes –creo que de todos o de la mayoría- y nosotros volvimos a nuestro mundo, a nuestra realidad, esa que nos muestra que la inseguridad seguramente seguirá creciendo; que los políticos seguirán con su afán de crecimiento (económico); que Cristina seguirá libre diciendo que es una perseguida política, pero que puede que vaya a juicio; que la Justicia seguirá acomodándose al poder de turno y seguirá siendo injusta; que los errores gubernamentales puede que se corrijan; que los empresarios puede que calmen su angurria económica o no; que la Selección puede tener su revancha contra Colombia… en fin volvimos a todos nuestros temas y preocupaciones.
Si, fue solo un momento, el necesario para hacer catarsis y soñar que todo puede cambiar.
Aunque seamos argentinos.