“Cuando empezó la campaña los números oficiales indicaban que el precio de los alimentos aumentaron a un nivel superior al de la inflación: 10,2% contra el 9,1%. Si a eso le ponés número significa que en diciembre una familia tipo -que en los barrios de Salta son poco comunes porque todas se conforman con más de una pareja y dos niños- precisaba $13.155 para no ser considerada pobre.
En mayo la suma se estiró a $14.501 y el martes se informó que en junio la cifra necesaria era de $14.811. Estamos hablando de $1.656 de diferencia en seis meses. Es eso lo que pone en peligro el derecho básico que posee una persona, que es acceder a una alimentación saludable”, señaló Monzo.
También indicó que la iniciativa es una alternativa que permitirá a los sectores más vulnerables adquirir productos alimenticios a precios accesibles y que posibiliten una alimentación saludable. “No estoy inventando nada. Lo que propongo es adaptar a nuestra ciudad alternativas que funcionaron incluso en ciudades de países como España, Francia e Inglaterra que también soportaron o soportan crisis”.
Segun el precandidato los supermercados sociales estarán dirigidos a quienes padeciendo dificultades económicas puntuales o estructurales tienen problemas para acceder al consumo habitual de alimentos.
Para Monzo el rol central del gobierno no pasa sólo por el dinero. Lo más importante es que se convierta en el órgano que conciba y planifique la iniciativa para que luego los distintos organismos del estado municipal ejecuten de manera descentralizada el proyecto.
Negó que los supermercados sociales supongan algún tipo de competencia desleal contra las cadenas tradicionales. “En primer lugar porque los espacios que deseamos crear están destinados a una sector de la población preciso y que por la precariedad en la que está viviendo concurre poco o nada al súper; y en segundo porque también precisamos de esas grandes cadenas que necesariamente deben convertirse en proveedores de los súper sociales”.