En 1956 Valle encabezó una fallida sublevación cívico-militar contra la dictadura militar autodenominada Revolución Libertadora de Pedro Eugenio Aramburu. Derrotado el movimiento, Valle fue fusilado por orden de Aramburu, junto a otras personas que adhirieron al levantamiento. Por este acto algunos sectores han denominado a aquel régimen militar La Fusiladora.
En una declaración al respecto, la entidad salteña que fue creada el 12 de Junio de 2006 hizo hincapie en la necesidad de un pacto social, “donde participen todos los sectores de la sociedad, y el eje fundamental sea el hombre en su cioncepto espiritual, social y político.
También insistió en la necesidad de la participación de todos los actores sociales en las cuestiones que atañen a la búsqueda incesante del ansiado bienestar común. “En la difícil tarea de la construcción democrática, el primer paso y el ejemplo los debemos dar los hombres y mujeres de la principal fuerza política del país, bregando por la reafirmación del peronismo bajo su natural concepción frentista”, agrega.
Desde su propio nacimiento, se ha caracterizado el Peronismo como la expresión más representativa de las aspiraciones comunes del conjunto de las fuerza políticas nacionales, en cuya condición ha predominado a lo largo de su historia en distintas alianzas de propósitos electorales y programáticos.
El mismo Valle enseña la consigna, en la conocida carta que dirige a Aramburu, antes de entregarse a la muerte, en cuya frase final expresa “… ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos …”.
Firman la declaración Nicolas Puentes, Eduardo Guidoni, Jorge Gaspar, Rodolfo Arias, Marcelo Scarponetti, Santos Vega, Raul Arias, Carlos Paterson, Sebastian Muñoz, Martin Moreno, Maria Rosa Britos, Mabel Rivero, Jose Luis Criado, Pedro Humberto Burgos, David Revilla, entre otros.