Su presidente, Ramón Gómez, anunció que harán otra colecta. “La gente cree que ya pasó el problema en la zona, y continúa, soy un convencido de que en este momento tenemos que ayudar, cuando bajen las aguas”, sostuvo.
Gómez dijo que hace falta más ayuda, porque “son demasiadas comunidades, muchas familias, muchos niños”.
Este es el segundo viaje de esta Fundación al norte. Esta vez fueron con tres vehículos y si bien al principio quedaron varados en Santa Victoria Este, luego, con ayuda de la intendencia, pudieron salir y repartir las donaciones. Anoche regresaban a Salta capital.
Gómez explicó que llevar agua “sigue siendo fundamental porque no hay agua potable. Están rodeados de agua pero no hay agua potable”, lamentó.
Destacó asimismo que en aquella zona el clima no ha mejorado, sigue lloviendo, y “hay personas que están en el monte bajo una carpa de nylon y una lona en el suelo y se mojan”.
Gómez también destacó que tres comunidades ubicadas antes de llegar al paraje Santa María, Padre Coll (del pueblo wichi) y Misión Grande y La Nueva Misión (ambas del pueblo chorote) no quieren volver a su antiguo lugar de residencia.
“Piensan quedarse porque tienen miedo de volver al lugar” porque el agua “les llegó de tal manera que salieron con lo puesto con el agua al pecho prácticamente”. “Ahí están viendo cómo reubicarse con sus cosas”, añadió.
Mariano Zapata, otro miembro de la Fundación, destacó: “Son muchas las necesidades que se ven, son casitas muy precarias que tienen los aborígenes”, de palo y plástico. “En cuanto a lo social es total el abandono que tiene la gente, creo que los políticos todavía no se dan cuenta de la magnitud de la pérdidas que han tenido”, lamentó.