Mirta Mamaní, presidente de la Comisión Directiva de la ONG Centro Azufreros de Mina La Casualidad aseguró a Nuevo Diario que en los cementerios de La Casualidad y de Caipe hay 300 tumbas de trabajadores y familiares que vivieron y murieron mientras funcionaba el complejo minero.
"Para este viaje, que lo venimos haciendo desde el 2013, armamos 200 coronas. Vamos a salir mañana a las 18 y volvemos el lunes para rendir un sentido homenaje a todos aquellos que con su trabajo, sacrificio y esfuerzo dejaron sus vidas en esos parajes alejados y olvidados", señaló Mamaní.
Cabe recordar que a los nacidos en La Casualidad se los llama azufreros y ellos prefieren ser llamados así para evitar que los recuerdos de la infancia, juventud y tiempo de trabajo no queden en el olvido.
Este año se cumplieron 37 años del cierre del complejo y los azufreros sueñan con volver a ocupar la tierra que quedó totalmente abandonada. Pretenden que el lugar se convierta en un lugar turístico y se convierta en monumento nacional, lo que hasta el momento no prosperó.
Promesas del intendente
Sin embargo, en tiempos de campaña tuvieron la promesa del intendente Sergio Villanueva de Tolar Grande, de que contarían al menos con dos casas de las que quedaron abandonadas para que puedan tener dónde quedarse cuando viajan a La Casualidad.