A fines de julio pasado, el Concejo Deliberante había aprobado con 11 votos la ordenanza que pasó a manos del Poder Ejecutivo Municipal, a cargo de Marcelo Lara Gros.
El martes la ordenanza volvió vetada por el intendente quien sostuvo en sus considerandos que el único requisito que debe cumplir alguien que ingrese a la Municipalidad es la “idoneidad”.
La presidenta del Concejo Deliberante, Jorgelina Juárez, contó a Nuevo Diario que una vez que esa ordenanza volvió vetada se pidió insistir con su aprobación.
Para ello, los ediles deben contar con dos tercios de los votos para poder dejar en firme la normativa.
Si bien en Orán hay una mayoría opositora, para poder contar con la aprobación de una ordenanza por insistencia hacen falta 8 de los 12 votos.
“En un principio el oficialismo (son cinco concejales identificados con Lara Gros), quiso sacar a uno de los ediles y lo hizo. Pero después ese concejal lo reconsideró y entendió que debía votar a favor de la ordenanza”, contó Juárez. Ante este panorama y sin posibilidad de que les den los números para que la ordenanza sea desestimada, los concejales oficialistas dieron el voto unánime a la propuesta presentada por la concejal Soledad Saba.
Dos personas del colectivo LGBT
La ordenanza establece que en la estructura municipal oranense se deben cubrir hasta dos cargos con personas que se encuentran en el colectivo LGBT.
Por el momento, contó Juárez, existe una sola empleada municipal trans en todo el municipio.
“Siento orgullo de ser presidenta de este Concejo Deliberante que se convierte con esto en el primer municipio que cuenta con una normativa para el ingreso laboral de personas trans a la estructura municipal”, sostuvo Juárez al reivindicar a sus pares.