La entidad por décimo cuarto año consecutivo realiza acciones solidarias en diferentes municipios de Chaco, Formosa, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, entre otras. A Salta vienen desde el 2009.
“Somos un grupo de seis amigos, todos residentes de Pacheco y Torcuato. Este es un trabajo social muy importante, que intentamos que sea transparente. Sabemos que no le vamos a solucionar los problemas a la gente, pero le llevamos alegría, esperanza. Muchas veces llegamos donde no llega la función pública. El año pasado fuimos hasta La Mesada (Salta), que está habitado por descendientes de aborígenes, a 4500 metros de altura, después de atravesar cerros a caballo y mula. Cuando le ponemos pasión las cosas salen muy bien”, contó Adrian Gastaldi, uno de los miembros del grupo a El Olimpo Digital TV, días antes de iniciar la travesía por el norte argentino.
Todos los años juntan las donaciones a través del grupo abierto de Facebook Escuelas Interior, que tiene más de 800 seguidores, además de vecinos, amigos, empresarios y familiares de los miembros de este grupo solidario. Este año repartieron diez toneladas de donaciones y un cargamento de medicamentos destinados al hospital de Molinos.
Visitaron escuelas albergues y con jornada extendida de Gualfín, Tacuil, El Churcal, Colomé, Amaicha, La Aguadita, Piul, Buena Vista y Palermo, de los municipios de Molinos y Payogasta.
“En Salta desde el 2007 tenemos la valiosa colaboración de Gendarmería Nacional. En Campo Quijano, Carlos Cruz, un amigo por tercer año consecutivo nos da sus contactos para que con las empresas de la zona podamos llegar a estos lugares inhóspitos”, sostuvo Gastaldi.
Para esta nueva edición solidaria se contó con el apoyo incondicional de Transporte Andreani, Bórax Argentina, Beto y Miguel Yonar, Gabriel Domingo.
Colaboración para llegar
La coordinación logística y todo lo referido a la travesía, que inició el 23 de agosto y duró seis días, estuvieron a cargo de los concejales Miriam Zárate y Manolo Fabián del municipio de Molinos; Orlando Lera y Adolfo Moya del municipio de Payogasta; y Carlos “Lupi” Cruz de Campo Quijano.
“Quizás no solucionamos la vida a nadie, pero el esfuerzo y el afán de sacarle una sonrisa a cada una de las personitas a las que visitamos junto a los integrantes del grupo de amigos de Tigre es un ladrillito de solidaridad, de amor por el prójimo”, manifestó Cruz.