Familias originarias de la zona de Santa Victoria Este vienen sufriendo varias carencias en el lugar que debió relocalizarse abligatoriamente luego del desastre que causaron los desbordes del río Pilcomayo en su paraje de origen.
“En la ruta 54 no pasará nadie hasta que haya un tendido de luz en las nueva comunidades”, avisó ayer por las redes sociales Arsenio Corbalán, referente comunitario.
Según pudo recabar Nuevo Diario, la ministra de Asuntos Indígenas, Edith Cruz, ya se reunió con los representantes comunitarios y conoce sus pedidos, pero corresponden a otras áreas del Gobierno que hasta ahora no han dado respuestas.
Los habitantes originarios de La Curvita y otras comunidades cercanas, todas de la jurisdicción de Santa Victoria Este, difundieron un acta petitorio en el que se detalla que la medida de fuerza fue decidida en una reunión de representantes de las comundades 13 de Enero, Mecle, La Golondrina, Anglicana 2, Cañada Larga, Nueva El Cruce y La Curvita.
“Son varias familias que han sufrido el desborde del río Pilcomayo y que han tomado la decisión de no volver a sus comunidades ya que se encuentran en pésimas condiciones para el hábitat”, se detalla en el acta petitorio, en el que también se deja constancia de que “cada año” sufren las consecuencias de los desbordes del Pilcomayo y “este año ha sido el peor, y el río no cambió su rumbo dejando su canalización que atenta a nuestras comunidades”.
El acta solicita a “las autoridades del gobierno provincial, senadores, diputados, municipio” y “a todas las entidades que correspondan”: la provisión de la red de energía eléctrica para alumbrado público, “teniendo en cuenta que las chozas precarias no están en condiciones para la bajada de energía eléctrica domiciliaria”, dado que solo son una especie de chozas con paredes de plástico, y la “provisión de agua” y que se haga el relevamiento para la construcción de nuevos pozos.
En el acta se aclara que el corte de la ruta provincial 54 a la altura de La Curvita continuará hasta recibir una respuesta.