El acuerdo, que incluyó también que se realizarán tareas de prevención, se hizo en una reunión en la Comisaría de Morillo en el marco de una movilización llevada a cabo anoche por las calles de esta localidad en reclamo de seguridad en todo el pueblo y en las comunidades aledañas.
De la marcha participaron representantes de 26 comunidades originarias de la zona, organizaciones de pequeños productores rurales, y habitantes del pueblo de Coronel Juan Solá, quienes manifestaron su preocupación por el aumento de hechos de violencia en el pueblo.
"Son rateritos, todo por el alcohol y la droga", afirmó una vecina. Once representantes comunitarios, encabezados por el presidente de la Organizacion Zonal, Reynaldo "Oso" Ferreyra, participaron de la reunión en la Comisaría 44.
La institución policial estuvo representada por el jefe de la Unidad Regional 4, Martín Díaz; el tercer jefe de esta Unidad, José Alberto Ibarra, y el supervisor de Zona, Alejandro Trobiani, entre otros funcionarios policiales.
Con la voz cantante de Ferreyra, los representantes originarios fueron desgranando sus quejas: hay comerciantes que venden bebidas alcohólicas y alcohol puro a niños, adolescentes y jóvenes, y eso está causando a su vez actos de violencia, como los robos y hurtos, agresiones y hasta abusos sexuales. "Ya son cinco víctimas" vinculadas a este problema, sostuvo Ferreyra.
Zona de violencia y muertes
Recordaron frente a los policías la muerte del joven Sandoval Arias, y los cuatro últimos casos de tres adolescentes y un joven quemados. Uno de ellos es el adolescente Gregorio Gómez, que se encontraba en estado crítico y falleció anoche. El joven eran originario de la comunidad de la misión La Cortada.
También se recordó el asesinato de la adolescente Marisol Campos, que sigue impune, y la desaparición de Lisandra Albornoz. En la marcha hubo carteles reclamando justicia para Pablo Moreno.
La complicidad policial
Un cacique denunció a viva voz la complicidad de policías locales con la venta de alcohol a los niños y jóvenes, otro dijo que se denunció a los comerciantes que venden y que no se tomaron medidas. Ibarra asumió "el compromiso policial" de realizar controles y reuniones con los comerciantes y hacer actividades de prevención.
"A los comerciantes pedirles por favor que no vendan alcohol puro a los chicos de la comunidad", pidió Ferreyra en el acto final en la plaza central del pueblo. La movilización fue seguida por buena cantidad de policías, venidos especialmente para la ocasión.