Las decisiones se tomaron ayer tras la recorrida que realizó la encargada de Infraestructura del Ministerio de Educación de la provincia, Carolina Martínez, al edificio que se construye hace siete años para el colegio secundario que fue fundado hace 26 años.
Los padres decidieron iniciar la medida de acampe el miércoles que pasó, para denunciar el mal estado edilicio del lugar que alberga al menos dos instituciones escolares: la primaria y la secundaria.
Oscar Maté, uno de los padres de los chicos de la primaria, detalló que la escuela tiene cuatro aulas destinada al secundario que cuenta con al menos unos 400 chicos, que se deben repartir en dos turnos. De esas aulas una se encuentra apuntalada desde el año pasado, cuando le cayó un árbol encima.
La falta de espacio para estudiar generó que los chicos tengan que tomar clases debajo de un árbol, con mobiliario roto, y que muchas veces acondicionan como pueden para que les sea útil.
Martínez indicó que la entrega de llaves del nuevo edificio se haría hoy a la directora, y el edificio estaría listo la semana que viene.