Pero también, por lo que se puede analizar en los casos que se dieron, por falencias en el sistema de atención a los pacientes de las zonas de Santa Victoria Este y ahora, de Rivadavia Banda Norte.
Ya, al momento de asumir, fue el secretario de Servicios de Salud de la actual gestión de la cartera sanitaria, Francisco Marinaro Rodó, quien sostuvo que se esperaba que (por estimaciones estadísticas de la mortalidad infantil en la zona), pudieran fallecer unos 11 chicos por año de cada mil nacimientos.
Ello atado a las situaciones que se viven en materia de condiciones socioambientales y sanitarias, entre las que se ennumera la falta de agua potable para las comunidades.
Sin embargo, desde siempre el reclamo principal apunta a la necesidad de contar con mayor cantidad de recursos humanos para la atención médica de las comunidades.
Por ahora, la posible solución propuesta por el Gobierno provincial se basa en la posibilidad de llevar “gabinetes sociales” a los lugares de mayor vulnerabilidad, a fin de articular las informaciones necesarias respecto de la población que se encuentra en riesgo por distintos factores que hacen a su situación particular.
Este fue el primer anuncio que realizó el ministro de Salud Roque Mascarello, y que se viene llevando adelante con las evaluaciones sanitarias de cada zona en particular. El nuevo fallecimiento de una beba por situaciones que a primera vista, son evitables, vuelve a poner en el tapete las políticas tomadas.
Mientras, el principal argumento apunta a la falta de obras de saneamiento en la zona. El Gobierno nacional había comprometido la entrega de dos mil millones de pesos para poder realizar las obras en esta zona del Chaco Salteño.
Hasta fines de año, según lo habían confirmado los ministros Baltasar Saravia y Carlos Parodi, se podría llegar a recibir en la provincia un total de 700 millones de esa partida. Por ahora se desconoce si al menos se llegó a obtener esa cifra en lo que va de noviembre.