El principal problema tiene que ver con la inhabilitación de la cuenta bancaria que ellos habían abierto en el Banco Nación, uno de los requisitos fundamentales para recibir los fondos. Con todas las dificultades a cuestas, desde la comunidad se había logrado cumplir con este paso.
La cuenta fue abierta en abril de 2017 a la espera del depósito de los fondos. La Secretaría de Ambiente de la provincia es la que debía liberar el dinero enviado por Nación pero hubo demoras.
Ya en agosto de ese año, cuando finalmente el dinero fue liberado, el banco Nación había cerrado la cuenta bancaria porque no había movimiento alguno. Los movimientos se hacen con depósitos de dinero, que en las comunidades escasea.
Ahora, para recibir los fondos que no se depositaron por falta de cuenta en el Banco Nación, se debe abrir una cuenta nueva. El trámite podría demorar de seis meses a un año.
Mientras la espera y la devaluación le juegan en contra, la comunidad solicitó al gobierno de la provincia que se deposite el dinero que precisan para llevar adelante el proyecto en la cuenta de la Fundación Asociana sin contar con respuestas hasta el momento y aún desesperados por conocer qué ocurrirá.
La espera y complicación de las comunidades originarias para acceder a los fondos de conservación de bosques no son nuevas. Pues los datos que se volcaron en un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), muestran que a nivel general es baja la participación de comunidades indígenas y campesinas en la distribución de los planes de conservación.
Según ese informe, entre 2013 y 2016 en la provincia se aprobó 108 planes. De ellos solo 11 estaban destinados a comunidades campesinas e indígenas. Esto representa un 10 por ciento. Para privados (sean particulares o empresas), se aprobaron 92 planes, lo cual representa el 85 por ciento del total de planes otorgados.
Una traba anunciada
Un informe realizado por Asociana indica que San Benito tuvo que hacer dos veces el trámite por el dictamen dado que la primera vez que sus proyectos fueron aprobados desde Ambiente informaron que no estaban aún los fondos de Nación y no convenía abrir la cuenta dado que se generaría gasto para la comunidad que ésta no podía pagar.
A comienzos del 2017 se volvió a pedir la apertura de cuenta con el dictamen positivo que se había obtenido en el 2016 pero este ya se encontraba vencido, como la comisión de la comunidad que también lo estaba, por lo que se tuvo que reiniciar la gestión.
En abril se obtuvo finalmente la cuenta y se envió a Secretaría de Ambiente. Pero las nuevas demoras generaron que la cuenta se cierre. Pese a los reclamos de facilitar estas burocracias que generan que la comunidad insista en los trámites, aún no hay respuestas.
