Migraciones no pudo actuar debido a que no contaba con personal disponible. Los inspectores ingresaron a un comercio de Belgrano al 1700, donde encontraron a dos personas de origen chino y a una salteña en la atención al público a quienes solicitaron la documentación correspondiente.
“Comenzamos a hacer nuestra inspección de rutina y siempre pedimos documentación para saber si son titulares o son los trabajadores.
La chica estaba trabajando en negro desde hace dos años, el que cobraba con la excusa de no entender lo que le pedíamos no se quería identificar. El otro hombre tenía todo en regla”, precisó Diego Leyría, director de Fiscalización de la Secretaría de Trabajo.
Pero eso no fue todo, cuando el personal de Trabajo pidió revisar los depósitos encontraron un lugar acondicionado como habitación en donde se encontraba otro joven asiático.
“Era muy hostil, trató de llevarnos por delante para que no hablemos con él, no quiso emitir palabras ni identificarse, además de tratar de darse a la fuga. Entonces pedimos el auxilio de la fuerza pública y ante la negativa entendimos que estaba en forma ilegal en el país.
Nos comunicamos con la dueña y no se entendía mucho. El chico de la caja tenía el pasaporte como corresponde, con una visa para residir y trabajar que se renueva cada tres meses, pero no estaba registrado laboralmente”, señaló el funcionario.
En tanto, por el otro joven que no quiso identificarse, los inspectores llamaron a Migraciones. “Aduciendo que no tenían personal, Migraciones nunca llegó, entonces con la policía seguimos actuando de oficio, aunque no es del ámbito nuestro.
Después el chico mostró un pasaporte de turista y estaba habitando en el comercio”, agregó. La policía comunicó sobre las actuaciones a la Justicia y se determinó llevarlo ante la Dirección de Migraciones, donde quedó alojado.
“Nosotros actuamos como testigo, se me comentó que en virtud de las irregularidades iba a ser deportado a su país”, detalló Leyría. En cuanto a lo laboral, la dueña del local fue intimada para registrar a los trabajadores, a un asiático y a la salteña, en el plazo de cinco días.