El barrio actualmente se compone de 10 manzanas, en las que viven aproximadamente 360 familias. Cuenta únicamente con el servicio autorizado de energía eléctrica, a excepción de unas 30 familias de la manzana J que aún no cuentan con la provisión segura de este servicio. Cabe recordar que en esa manzana, el año pasado murió una mujer por una descarga eléctrica mientras construía su casa.
En cuanto al agua, la mayor parte del barrio se abastece por medio de caños comunitarios y ningún vecino tiene medidor domiciliario. Sólo un sector tiene una conexión precaria en su casa. La barriada carece de desagües pluviales, por lo que las inundaciones son frecuentes y el drenaje lento y costoso.
Javier Saldaño, director de Techo, dijo a Nuevo Diario que “para la etapa de construcción donde participan los vecinos y voluntarios va a venir gente de otras provincias que quieren conocer la realidad de Salta”.
Sostuvo que las familias a las que se les construirán las casas de emergencia fueron seleccionadas de acuerdo al nivel de vulnerabilidad y de urgencia que presentaban, cuyos datos fueron revelados a través de encuestas semanales que se hicieron en el barrio.
“Se tiene en cuenta el estado de la vivienda, situaciones de riesgos, si personas embarazadas o discapacitadas y el nivel de hacinamiento”, dijo al tiempo que recordó que la construcción se financia con fondos recaudados en la colecta de mayo pasado.
“A partir del certificado de vivienda familiar que surge del decreto presidencial se habilita a las personas censadas a través del relevamiento de barrios populares a exigir la conexión de los servicios. Esto va a permitir que las familias de los asentamientos puedan acceder a los servicio”, finalizó Saldaño.