Castedo se encuentra detenido desde el 22 de julio pasado, luego de permanecer casi diez años prófugo, sospechado de haber ordenado el asesinato de la pequeña productora rural Liliana Ledesma.
Si bien no hubo información oficial sobre este procedimiento, trascendió que estaría vinculado al secuestro de 180 kilos de cocaína en la localidad de El Quebrachal, el pasado 23 de este mes.
Ese operativo se llevó a cabo luego que Gendarmería recibiera información que alertaba sobre el transporte de cocaína por vía área y terrestre, lo que disparó una acción cerrojo que finalizó el 23, cuando en la ruta nacional 16, a la altura de El Quebrachal, se detuvo a un camionero que transportaba escondidos 180 kilos de la droga.
Ese procedimiento fue realizado por personal de las Secciones Las Lajitas y Joaquín V. González, dependientes del Escuadrón 45 Salta, y por la Unidad Especial de Investigaciones Salta. La droga fue encontrada en un doble fondo del piso de la caja de carga, disimulada por una chapa.
Había 168 ladrillos de cocaína de máxima pureza. La investigación quedó a cargo del titular del Juzgado Federal N° 2 de Salta, Miguel Medina.
La finca El Pajeal ubicada en Pocitos argentino, fue allanada en julio pasado, en el marco de la investigación que tiene a Delfín Castedo como sospechoso de ser el jefe de una banda dedicada al narcotráfico. Entonces se supo que se habían secuestrado elementos que dieron refuerzo a la hipótesis de que seguía operando en los años en que estuvo prófugo.
También allanaron en la finca vecina
Entonces también se allanó la finca El Aybal, que colinda con El Pajeal y con la frontera boliviana. Los fiscales intervinientes, Eduardo Villalba, José Luis Bruno y Diego Iglesias (de la Procuraduría contra la Narcocriminalidad este último), sostienen la hipótesis de que Castedo traía desde Bolivia a través de las dos fincas y que luego la transportaba oculta en camiones con cargamentos de madera o carbón que eran exportados a Europa.
El Pajeal pertenecía al fallecido diputado provincial José Ernesto Aparicio pero era administrada por Castedo, quien también se manejaba como dueño de El Aybal (y en algún momento figuró como titular registral), que en 2003 fue adquirida por otro de los procesados en la causa, Mario Yudi, quien habría actuado como testaferro.
En 2005 El Aybal fue transferido a Castedo, quien luego, según la acusación, la eliminó de su patrimonio mediante una venta simulada tras el homicidio de Liliana Ledesma, cometido el 21 de septiembre de 2006.
