La entrega se concretó porque, a pesar de los intentos del abuelo paterno -Jesús Zerpa-, la Comisaría del barrio Autódromo se negó a recibirle la denuncia el sábado último, aduciendo una falla del sistema informático. Ese día los niños estaban con los abuelos.
Ayer por la mañana Zerpa y su mujer, Norma Mamaní, entregaron los niños a la madre biológica, ante la insistencia de ésta.
Sin saber dónde recurrir, los abuelos lograron finalmente que ayer a las 14 les tomaran la denuncia en la misma Comisaría. Para entonces había intervenido el 911 y la presidenta de la Fundación Volviendo a Casa, Isabel Soria.
Zerpa contó a Nuevo Diario que los chicos tienen rastros claros de golpes, “los vi todo morados”; que hace poco uno fue quemado con el escape de una moto y que supo que recibieron golpes de puño.
Hasta anoche no había intervención de parte de la Provincia. Únicamente el subsecretario de Asistencia Integral a Víctimas del Delito, Pablo Genovese, informó a Soria que dio cuenta de esta situación a la Secretaría de la Niñez de la Provincia y hoy se pondrían en contacto con los abuelos.
Según pudo averiguar este medio, la familia de los niños ha pasado por una situación de violencia ya antes. El padre está detenido actualmente acusado por agresión en perjuicio de su ex pareja, la joven madre de los niños.
Ahora la madre tiene una nueva pareja, a quien los abuelos paternos -que tienen la guardia provisoria de los tres niños- señalan como el presunto autor de maltratos que estarían sufriendo la nena de tres años y los varones, de dos y cinco años de edad.