El acto de presentación se cumplirá el 1 de marzo a partir de las 19 horas en Pasaje Arteaga 1157.
El autor y esta obra tienen dos particularidades. Una: es el único libro de memorias editado que escribió un militar salteño y unos pocos textos autobiográficos producidos por un salteño en el siglo XX. Otra: que su autor es uno de los tres únicos militares nacidos en Salta que alcanzó, post mortem, el grado de Teniente General, otorgado en 2016 con acuerdo del Senado de la Nación y por decreto del Poder Ejecutivo Nacional.
Como reconocimiento a su trayectoria profesional y su compromiso en la defensa de la Constitución Nacional, ese año el presidente de la República, Mauricio Macri, otorgó post mortem la "Cruz Púrpura" que honra la virtud y premia el mérito.
Como militar vivió y sufrió los acontecimientos de la vida política argentina de entonces: Las fallidas sublevaciones contra el Presidente Perón, la "revolución libertadora" (1955), el conflicto entre "azules" y "colorados", la caída del Presidente Frondizi, el derrocamiento del Presidente Illía, y la decadencia final del gobierno de Isabel Perón.
Comienzo del libro
Hacia 1986, el entonces General retirado Carlos Augusto Caro emprendió la escritura de sus memorias. El texto incluye, además del relato en primera persona de los acontecimientos militares de la época, un prolijo repaso a la vida de un joven nacido en Salta a principios del siglo XX y a los valores y costumbres que dieron forma y carácter a su familia formada por un salteño vallisto y una italiana emigrada.
El autor fue un hombre formado en el seno de una familia provinciana preocupada por la educación y el futuro de sus hijos; una familia signada por la cultura del esfuerzo, los valores morales y cívicos, y por la fraternidad que movió a unos a esforzarse para apoyar a los otros.
La experiencia del futuro General como "balancero" del Ingenio azucarero del norte salteño se inscribe en esta línea.
Salvo el parentesco con el coronel Norberto Caro -un antepasado lejano en el tiempo y que revistó en el ejército de nuestra Independencia- Carlos Augusto se abrió camino en el seno del ejército sin tener mayores antecedentes familiares en esta fuerza.
Lo hizo a base de talento, vocación y compromiso profesional. Virtudes estas que le granjearon el respeto de superiores y subordinados y lo convirtieron, entre los años de 1960 y 1970, en hombre de consulta y de mando.
