Durante estos días se le rinde homenaje a la creación del ser humano y Dios juzga a todas las creaciones para decidir qué es lo que les va a ocurrir en la nueva etapa que comienza, así definen distintos referentes de la comunidad a las celebraciones que tienen una duración de 48 horas.
El saludo tradicional que se propinan en estas celebraciones no está referido a una felicitación sino que se dicen “Shana Tova”, que significa año bueno. Esto está referido a que es distinto decir que tengas un feliz año a que se diga que tengas un buen año. Es habitual ver a los comercios cerrados cuyos propietarios adhieren al judaísmo.
Durante los festejos se promueve realizar un trabajo espiritual donde es fundamental que se escuche la voz interna, que exige hacer algo trascendente porque eso es lo que le va a permitir poder aportar una pieza única.
Eso está relacionado con la asistencia a la sinagoga, donde se hacen rezos y se toca el shofar, instrumento que simboliza el clamor del pueblo judío a Dios, de reconocerlo como Creador y Rey Eterno. El encuentro con los otros está plasmado en hacer una comida festiva con la familia y los seres queridos.
Durante la cena se prepara una bandeja con alimentos, en la que cada uno representa un deseo positivo para el año entrante. No falta en esos encuentros la manzana con miel para tener un año bueno y dulce.
La comunidad judía inicia así el año 5778, se celebra el primero y el segundo día de tishrei. Para el inicio del año hebreo hay dos criterios: según la Torá, el mes de nisán será el primero de los meses del año.