Nacido el 3 de enero de 1941 en Salta, Toro es un prolífico compositor con más de un millar de obras entre las que se cuentan verdaderos clásicos del cancionero argentino e hispanoamericano, como "Para ir a buscarte" y "Cuando tenga la tierra" (ambas con Ariel Petrocelli), "Zamba para olvidar", "Mi mariposa triste", "Este Cristo americano", "Nostalgia mía", "Pastorcita perdida" y "El antigal" (con Lito Nieva y Ariel Petrocelli).
Son elocuentes las referencias que aportan para este documental, sus colegas actuales como Teresa Parodi, Víctor Heredia, Nadia Larcher, Abel Pintos, Los Carabajal, Mariana Carrizo y Franco Ramírez y también músicos de otros géneros como Ricardo Mollo (quien canta a Toro para el largometraje), Miguel Abuelo (gracias a material inédito de la Fundación Miguel Abuelo) y Diego Torres.
El film comienza con su hija menor, Daniela Toro, que llega a Salta para encontrarse con su padre, mientras repasa algunos momentos de su carrera: canciones, recuerdos, sucesos, los oscuros años de la censura y de las operaciones de garganta que le fueron apagando su voz.
Daniela siente que la voz de su padre se mantiene viva en la memoria de los cantores del país, de diferentes géneros, y un público fiel – y anónimo- que lo admira desde distintos rincones del mundo.
El rodaje tuvo lugar en las provincias de Córdoba, Salta y Buenos Aires. Además de los hijos músicos de Daniel Toro (Claudio, Facundo, Carlos, Miguel y Daniela).
Una síntesis sobre su obra
Desde 1959 integró varios conjuntos como Los Tabacaleros, Los Forasteros, Los Viñateros y Los Nombradores.
En 1966 inició su carrera solista y un año más tarde en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín recibió el Premio Consagración.
Desde entonces y en los años siguientes, el artista publicó álbumes de enorme suceso como "El nombrador", "Canciones para mi tierra", "Canciones para mi pueblo", "Un año de amor", "Rondas de amor", "Cuando tenga la tierra", "Retorno al folclore", "Refranero de mi pueblo", "Sueño de trovador", "El Cristo americano", "Zamba para olvidarte", "Engañada" y "Escríbeme una carta".
En esos discos su cancionero se balanceó entre la canción testimonial y una veta marcadamente romántica, territorios en los que lució por igual su talento autoral e interpretativo.
La dictadura cívico-militar instaurada en marzo de 1976 hizo foco en la primera de esas facetas artísticas de Toro y prohibió sus canciones. Aunque para burlar la censura apeló al seudónimo de Casimiro Cobos, tres años después padeció un cáncer de garganta que le hizo perder la voz y lo alejó de los escenarios.