La ACB tomó dicha medida luego de los insultos de ambos jugadores al término del encuentro, que quedaron reflejados en el acta arbitral. El documento recoge que Campazzo 'se dirigió al árbitro principal en los siguientes términos': "ladrón, ladrón, ladrón", mientras que Felipe Reyes 'se dirigió al equipo arbitral en los siguientes términos': "Esto es una puta vergüenza, un puto robo" (sic).
En consecuencia, a petición de los árbitros, sus fichas -licencias- no han sido devueltas al Real Madrid de manera cautelar tras el partido. Sin este documento los jugadores no pueden disputar partidos. El Madrid tiene un día para apelar la decisión y será la propia liga quien decida si los jugadores serán sancionados y cómo (multa económica o suspensión).