Gracias a la intervención de Facundo Abraham -quien no estaba en los planes de ser titular, pero que debió reemplazar a último momento al lesionado Gonzalo Arce (durante el calentamiento)- al atajarle el penal al insufrible Trujillo en la serie definitoria, el “Albo” logró abrochar la clasificación y convertirse en finalista de manera merecida.
Es que, los dirigidos por Sergio Maza tuvieron las de ganar sobre todo en el primer tiempo, no sólo por las llegadas y la clara chance desperdiciada -Chiocarello erró un penal increíble, que pegó en el palo- sino también porque se mostró superior al conjunto local, manejando los hilos del partido y teniendo siempre la iniciativa.
Y si bien en el complemento el trámite del partido se equilibró y por momentos creció y metió presión el “León” bandeño, también comenzó a jugarle en contra la desesperación y nerviosismo, derivando todo en la expulsión de Jonathan Amaya y el partido detenido por cinco minutos con incidentes en el campo de juego.
Lo que no se movió nunca fue el cero en el marcador que conllevó a la definición por penales, donde hubo un yerro por cada lado -casi todos acertaron- y el rechazo final de Abraham que desató los festejos para los salteños. Ahora, por otra final en Jujuy.