Con más actitud y una mejor asociación en el juego, el “Albo” logró imponerse ante un “Colectivero” que no se la hizo fácil. De hecho, el crecimiento de los dirigidos por Daniel Ramasco en cancha se dio de menor a mayor frente a los de Sandro Bárbaro, que salieron a buscar el partido desde el minuto uno.
Por esto, Crucero se ganó el dominio de la pelota y tuvo primeras llegadas. Pero Gimnasia no demoró en ponerse al día con el trámite del encuentro, en pocos minutos igualó las aproximaciones y compartió el manejo del balón. Y si bien por momentos el partido fue muy parejo, el “Albo” fue inclinando la balanza a su favor, adueñándose de las acciones y opacando al “Colectivero”.
La apertura del marcador llegó tras una serie de claros intentos del millonario, los últimos teniendo a Enzo Roggio al acecho del gol pero siempre a destiempo. Hasta que, luego de una impecable maniobra esquivando a un defensor en el acceso al área, Iturrieta asistió a Roggio, que esta vez estaba en el lugar y el momento justo, para sólo empujarla y poner la ventaja a favor del conjunto local.
Tras el gol, la visita decayó y cedió el control a Gimnasia, que arrancó el complemento con el mismo ímpetu con el que finalizó la primera parte. No hubo mayores situaciones de peligro, más allá de la que frenó Leguiza con un tapón contra el palo derecho dispersando los últimos intentos del equipo misionero.
El “Albo” ganó, respira tranquilo y ahora espera un clásico determinante.