Argentina no tuvo oposición, Irak fue un rival demasiado vulnerable. La efectividad en el arco, maquilló un partido en el que la celeste y blanca aunque apostó por dominar la tenencia de la pelota, y la circulación con volantes de manejo, sólo tuvo ráfagas de buen juego ante un rival muy inferior.
El primer gol llegó cerca de los veinte minutos con un desborde del 'Huevo' Acuña que terminó en la cabeza de Lautaro Martínez, quien marcó su primer gol en la Selección. Después el partido cayó en la pasividad de los pases que no terminaban de hilvanar jugadas de peligro.
Pero hubo que esperar hasta la reanudación para el segundo gol argentino. A los 52 minutos Roberto Pereyra convirtió de derecha junto al poste tras una buena jugada de ataque.
Un doble cabezazo en el área y la salida de corner, Pezzella puso el tercero. Y cuando se jugaba tiempo de descuento, Franco Cervi tras una larga corrida cerró el marcador de un partido sin equivalencias.
Ahora a pensar en Brasil, el próximo martes.
Hizo más que otros
La gran virtud de Lionel Scaloni está en la elección de los futbolistas. No hay fracasos individuales. Hasta aquí, todos cumplen. Eligió una manera de jugar y la lleva a cabo. A los jugadores se los nota relajados, sueltos, liberados. No miran atontados a una figura, no están eclipsados por una estrella; juegan como en sus clubes.
Van tres partidos; Guatemala, Colombia e Irak. “Me gustaron los tres. Es cierto que los rivales no son de temer, no representan ninguna potencia futbolística, pero el equipo tuvo una forma, una manera y la llevó adelante”, sostiene el entrenador en una apretada síntesis sobre los partidos disputados hasta aquí.