El tenista serbio Novak Djokovic remontó al autriaco Dominic Thiem, 26 años y Nº 5 del mundo, imponiéndose por 6-4, 4-6, 2-6, 6-3 y 6-4 en 3h.59’, para lograr su octavo título en ocho presentaciones en el Abierto de Australia y además desplazar al español Rafael Nadal del primer lugar del ranking de la ATP.
Pleno en Australia (2008, 2011 a 2013, 2015 y 2016 y 2019 y 2020), sumando así su 17º Grand Slam, acercándose a los 19 de Rafa Nadal y los 20 de Roger Federer.
Pero no le resultó nada fácil lograr esta nueva corona del primer grande del año. Djokovic nunca se había visto en una situación igual, con marcador de dos sets a uno abajo en una final del Open de Australia, pero halló el modo de remontar y mantener su condición de intocable en el último día de este torneo: 8 de 8, una octava corona que incrementa su récord hegemónico en Melbour-ne Park.
‘Nole’, 32 años, se peleó consigo mismo, se dirigió de malas maneras a su box técnico, dio unos toquecitos en la zapatilla izquierda del juez de silla llamándole la actuación. Estuvo unos largos minutos crispado, fuera de juego, pero no se marchó ni mucho menos del partido.
Pidió asistencia médica, solicitó una pastilla. Daba sensación de estar grogui, pero no, ni mucho menos. Explicó posteriormente que “no me sentía nada bien, estaba sin energía y mareado. El médico me dijo que estaba deshidratado”. Y relató un episodio similar en la semifinal frente a Roger Federer.
En tanto, del otro lado, el austriaco demostró que ha llegado para mucho más a un tenis cada vez más exquisito y técnico. Seguramente lo demostrará cuando logre superar el poderío de sus veteranos e ilustres colegas.