Para que el clima de tensión no siguiera, el mandatario provincial, después de que la norma fuera promulgada en el Boletín Oficial el pasado 24 de diciembre, decidió dar marcha atrás el viernes último y anunció que la iba a derogar.
Dicho proyecto de derogación ingresó en la cámara alta provincial para ser tratado sobre tablas, y los senadores le dieron media sanción, por 34 votos afirmativos, y dos en contra.
Los dos votos en contra son de las senadoras Hilda Quiroga (PJ) y Gladys Ruiz (Cambia Mendoza), ambas representantes de Malargüe, el departamento del sur provincial, que es netamente minero.
La legisladora peronista, en su alocución en el recinto, afirmó: “Pedimos solidaridad, somos capaces de hacer minería con los controles de los países más avanzados del mundo”.
En tanto, la senadora oficialista, cargó contra el resto del recinto que apoyó la derogación, y citando un pasaje bíblico, sentenció: “Si a Jesús lo crucificaron diciendo que quería salvar al mundo, digo lo mismo que él: ‘Perdónalos, Señor, no saben lo que hacen'”.
Al tener media sanción por parte de la cámara alta, la norma fue girada a la Cámara de Diputados para que sea tratada sobre tablas, y tras un debate “expréss”, la Cámara Baja le dio sanción definitiva a la derogación de la “ley minera”, y volver a “fojas cero”.
Por lo tanto vuelve a regir la Ley Nº 7.722, que ahora debe ser promulgada por el Ejecutivo, y publicarla en el Boletín Oficial para que tenga plena vigencia.
La derogación a la Ley Nº 9.209 se votó por amplia mayoría en la Cámara Baja, pero contó con tres votos negativos de legisladores pertenecientes al oficialista interbloque Cambia Mendoza, los de los diputados Guillermo Mosso (PD), Hebe Casado y Gustavo Cairo (PRO), a la vez que hubo un diputado ausente.
La legislatura provincial derogó por votación una ley que ese mismo cuerpo había sancionado el 20 de diciembre que permitía el uso de cianuro y ácido sulfúrico para separar los metales de la roca en la actividad minera de esta provincia limítrofe con Chile.
Así quedó sin efecto una controvertida reforma legislativa que cambiaba las reglas de la explotación minera local para el uso de sustancias químicas tóxicas y que había desatado multitudinarias movilizaciones en su contra.