Tal cual se contemplaba en la previa, la votación fue 38 contra 31 en contra de la iniciativa que había obtenido media sanción en la Cámara de Diputados. Hubo dos abstenciones y una ausencia.
Tras casi 17 horas de debate y mientras en la calle millones de mujeres reclamaban bajo la lluvia por el fin del aborto clandestino y la ampliación de sus derechos, el Senado rechazó el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo que contaba con media sanción de Diputados.
En las afueras del Congreso festejaban los pocos “celestes” que quedaban al momento de la votación, cerca de las 3 de la mañana, que no llegaban ni a la quinta parte del sector nucleado en torno a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto.
Desatinos y la vehemencia
La vicepresidenta Gabriela Michetti, fuera de micrófono, llamó “pelotudo” al presidente del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, que le pedía ser flexible con los tiempos de las exposiciones.
El senador salteño Rodolfo Urtubey debió aclarar sus dichos sobre los abortos realizados en caso violación luego de que la mendocina Anabel Fernández Sagasti los calificara como “una bestialidad de la época de las cavernas”.
Hubo discursos vehementes como los de Beatriz Mirkin, Pino Solanas y Miguel Pichetto. Otros fueron más emotivos como el de Gladys González, que llegó hasta las lágrimas.
La Argentina que no fue
Casi al final del debate, el presidente del bloque Justicialista del Senado, Miguel Pichetto, reconoció al presidente Mauricio Macri por haber habilitado el debate sobre el aborto en el Congreso, pero cuestionó: “La opinión del presidente no puede ser abierta frente a una decisión de esta naturaleza. Debería haberse comprometido a que esta ley saliera, así la Argentina sería un poquito más justa”.
Pichetto consideró al siglo XXI como el siglo de la mujer. “Y el que no comprenda esto va a quedar fuera de la historia”, estimó.
“Aquellos que sientan, piensen y asuman la religión, seguramente no van a realizar ningún tipo de acción que vulnere las normas religiosas.
Pero la religión no puede imponerle al conjunto del país y del Estado, el pensamiento, la visión religiosa sobre normas que son de naturaleza civil del Estado laico. Ese es el verdadero corazón del debate”, puntualizó el rionegrino, lamentando no haberlo abordado antes.
Ganó la Iglesia
Silvia Elías de Pérez, una de las líderes del rechazo a la interrupción voluntaria del embarazo, cerró en la madrugada de este jueves el debate y sostuvo que “legalizar el aborto es admitir el fracaso del Estado”, a la vez que intentó desagraviar a la Iglesia Católica y convocó a “legislar para la mujer y para el niño por nacer”.
“Duele cuando pensamos que quieren plasmar una nueva forma de discriminación por personas deseadas o personas no deseadas, y que quieren quitarles todos los derechos, ¡Hasta el derecho a la vida!”, alertó la radical tucumana.
Y continuó: “Soy de las que cree que la dignidad humana no tiene banderas políticas y que nada justifica que la vida quede a merced de nada ni de nadie”.
“¿Por qué elegir? ¿Por qué no legislar para la mujer y para el niño por nacer, para que todos los argentinos en este bendito país tengan su vida protegida?”, se preguntó la senadora de Cambiemos.
Rechazo sin alternativas
Uno de los discursos más esperados del debate por el aborto legal era el de Cristina Kirchner, que habló minutos después de la 1 de la madrugada del jueves. La expresidenta ratificó su voto a favor y reveló por qué cambió de opinión, si bien aclaró: “Yo siempre he votado por la vida, y he gobernado por y para la vida”.
Fue entonces cuando se refirió puntualmente –y por primera vez desde que se lanzó el debate parlamentario- al proyecto de aborto legal: “Se puede estar de acuerdo o no, pero estamos rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo, y la situación va a seguir siendo la misma”.
Cuatro meses duró el histórico tratamiento de la legalización del aborto en el Congreso. Después de 13 años de su primera presentación, el 14 de junio, luego de 700 exposiciones en comisión y una sesión maratónica de 23 horas.