JOVEN Y EMBLEMÁTICO MILITANTE FERROVIARIO

Homenajes en todo el país a 10 años del crimen de Mariano Ferreyra

Diez años pasaron del crimen contra el militante que luchó por los derechos y la igualdad de los trabajadores ferroviarios. En el país se harán distintos homenajes y jornadas contra la tercerización y precarización laboral. El acto en Salta con una concentración, será a las 18, en la Plaza 9 de Julio.

Diez años del crimen contra el militante Mariano Ferreyra, quien fue asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria dirigida por José Pedraza.
Diez años del crimen contra el militante Mariano Ferreyra, quien fue asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria dirigida por José Pedraza.

La jornada de homenajes en nuestra ciudad se hará junto a sectores en lucha y organizaciones políticas, sociales y la Mesa de DDHH.

Se convocó a los trabajadores y las organizaciones sociales y políticas de lucha a formar parte de la actividad que culminará en una acto político.

"El asesinato de Mariano despierta una enorme movilización popular entre los trabajadores, los jóvenes y la población no solo por la justicia sino contra la precarización laboral, contra el desmantelamiento del sistema ferroviario a manos de las camarillas empresarias que se beneficiaron con su privatización, y contra el aparato estatal de represión que liberó la zona donde fue asesinado".

"Hoy su bandera sigue en alto y se enlaza con las enormes batallas que la clase obrera desarrolla por sus reivindicaciones y contra un régimen completamente contrapuesto a ellas”, declaro Violeta Gil, dirigente del PO.

A diez años del crimen contra el militante 

El joven de 23 años era asesinado por una patota que respondía al entonces secretario general de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, quien pretendía silenciar una protesta de tercerizados que reclamaban su incorporación a planta permanente.

A través de la Unión Cooperativa Mercosur, cuyo titular era el propio Pedraza, el gremio administraba la contratación de trabajadores tercerizados con el aval de la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe), que gerenciaba la línea que comienza en la Estación Constitución.

Los sueldos y las cargas sociales de los empleados contratados se pagaban con dinero aportado por la Secretaria de Transporte, y la cooperativa de Pedraza -al igual que otras empresas- cobraba un canon fijo por cada trabajador que declaraba.

Según pericias contables incorporadas en la causa que investigó el asesinato de Ferreyra, entre junio y diciembre de 2010, la cooperativa de Pedraza recibió gracias a este mecanismo 10 millones de pesos.

De esta forma, el gremio se había convertido en un patrón que demoraba el ingreso de trabajadores a planta permanente, porque sumar empleados contratados le resultaba redituable.

Los trabajadores tercerizados y despedidos de la línea Roca se organizaron y, junto con el apoyo de otras organizaciones sociales y políticas, decidieron llevar adelante un reclamo.

El 20 de octubre de 2010, los manifestantes salieron desde un local del Partido Obrero ubicado en Avellaneda, con la intención de cortar las vías cerca de la estación de esta localidad.

Advertidos de que un grupo de la Unión Ferroviaria encabezado por el dirigente Pablo Díaz se encontraba en el andén de la estación, los precarizados deciden cruzar el Riachuelo y trasladarse a Capital Federal con el propósito de hacer el corte en Barracas.

Después de cruzar por el puente Bosch, la columna fue atacada a piedrazos por un grupo de la Unión Ferroviaria, que impidió el corte de vías.

Los manifestantes se replegaron y se reunieron en la calle Luján, a 200 metros de donde fueron atacados, y allí realizaron una improvisada asamblea en la que descartaron la posibilidad del corte y analizaron la alternativa de llevar a cabo un acto en Constitución.

Mientras se desarrollaba la discusión entre los trabajadores, efectivos a bordo de dos móviles pertenecientes a la Comisaria 30 de la Policía Federal observaban los manifestantes.

Los precarizados resolvieron convocar para el día siguiente a una nueva reunión en la que evaluarían los pasos a seguir, y cuando se retiraban por la calle Luján en dirección a Díaz Vélez son interceptados por un grupo ligado a la Unión Ferroviaria encabezado por Cristian Favale, un barrabrava de Defensa y Justicia reclutado por la gente de Pedraza.

Luego de agredir a un equipo de la señal televisiva C5N, los atacantes comienzan a disparar sobre las columnas de manifestantes, ante la inacción de los efectivos policiales.

Mariano es herido de muerte y los militantes Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Pintos son alcanzados por proyectiles que salen de armas que empuñan Favale y otro matón llamado Gabriel Sánchez.

Los militantes paran una ambulancia que transita por el lugar y logran trasladar a los heridos al Hospital Cosme Argerich, donde Mariano -de 23 años, estudiante de Historia, dirigente de la FUBA y tornero- muere como consecuencia de las heridas recibidas en esa emboscada.

Pedraza y su lugarteniente en el gremio, Juan Carlos Fernández, no estuvieron en el lugar de los hechos, pero ese día se comunicaron varias veces con Díaz, quien a su vez lo hizo con Favale, Sánchez y Claudio Alcorcel, delegado y sindicado en la causa como reclutador de la patota que ejecutó la agresión.

Rastreos de llamadas documentadas en el expediente, establecieron que el jefe de la Unión Ferroviaria garantizó la defensa de Favale a través de un prestigioso estudio de abogados.

ACTO A 10 AÑOS DEL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA | El Editorial

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