Su cómplice, quien tenía 17 años al momento del hecho, fue declarado responsable, por lo que ahora se espera que un juzgado de menores dicte su condena.
La condena se dictó en el marco de un juicio abreviado por el homicidio de Javier Castillo, quien fue asesinado en los primeros días de diciembre de 2018.
El crimen, ocurrido en inmediaciones de una plazoleta del barrio Gauchito Gil se enmarcó en una pelea por viejas enemistades.
El fiscal penal 3 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Gustavo Torres Rubelt, representó al Ministerio Público ante la Sala VII del Tribunal de Juicio.
La audiencia de juicio abreviado se celebró en contra de Yonathan Emanuel Ríos y un joven, menor al momento del hecho, como autores del delito de homicidio.
En el ataque, según lo revelado, Castillo fue lesionado con un arma blanca por los acusados.
El juez de juicio, Francisco Mascarello, recibió la confesión de los acusados y la aceptación de los hechos endilgados, una parte requerida para el trámite del proceso abreviado.
Tras el reconocimiento de culpas, el juez condenó a Ríos a la pena de 11 años de prisión efectiva como autor del delito de homicidio agravado por la participación de un menor.
Asimismo, al otro acusado, menor al momento de los hechos, lo declaró penalmente responsable como partícipe secundario del delito de homicidio simple.
En el mismo fallo, dispuso la extracción de material genético del condenado por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del Dato Único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.
La investigación
El caso, en su etapa inicial, estuvo a cargo de la Fiscalía Penal 2 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, a cargo de Pablo Paz, quien dirigió las pesquisas que permitieron arribar a la condena de Ríos y la declaración de responsable del menor.
En su investigación, el fiscal pudo establecer que el día del hecho, Castillo se encontraba junto a otra persona en la vía pública, cuando aparecieron dos hombres a bordo de una motocicleta y uno de ellos bajó y le provocó lesiones de arma blanca en el brazo y en el pecho.
Debido a las graves heridas, el joven fue asistido por los vecinos, pero falleció cuando era trasladado al hospital San Bernardo.
Horas después, y con el aporte de testigos presenciales del crimen, se pudo identificar a los sospechosos, quienes fueron detenidos e imputados, quienes al momento de ser sometidos a la audiencia de imputación, aceptaron prestar declaración.
Sorpresivamente, los acusados reconocieron su participación, dieron su versión de los hechos y sostuvieron que mantenían una vieja enemistad con la víctima.
En su requerimiento de juicio, el fiscal Paz recolectó numerosos testimonios de personas que vieron lo sucedido, como así también conocían la enemistad entre la víctima y los dos acusados.
El asesinato de Castillo generó gran conmoción en la barriada, pues el hecho fue adjudicado a una pelea de grupos antagónicos y a la extrema violencia que se vive en esa zona.
Si bien hubo testigos que revelaron haber visto a más personas implicadas en el asesinato, entre cuatro y cinco sujetos, la fiscalía pudo determinar que los asesinos fueron solamente dos.
El joven, según lo establecido, fue atacado cuando se dirigía del barrio Solidaridad a la casa de su pareja, en Gauchito Gil, donde al advertirse su presencia, los asesinos llevaron adelante su plan criminal, para el cual utilizaron armas blancas.
Castillo recibió varios puntazos en el abdomen y el tórax. Respecto a la razón de la pelea, no se pudo establecer detalles de la misma.
