La condena se impuso el miércoles pasado, en el marco del juicio que se llevó adelante en la Sala II del Tribunal de Juicio del Distrito Judicial del Sur.
De acuerdo a lo ventilado en el debate, el acusado no sólo abusó de la menor, sino también la mantenía amenazada.
Todo ello para que la menor no revelara lo que sucedía, situación que no cambió cuando se descubrieron los abusos, pues el acusado volvió a amenazarla de muerte e incluso la expulsó de la vivienda.
La acusación fue llevada adelante por la fiscal penal de Joaquín V. González, Yonny Zigarán, quien representó al Ministerio Público en el juicio seguido en contra de Héctor Gabriel Orellana, imputado como autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia y amenazas en concurso real. La investigación inició a partir de la denuncia de la madre de una menor de 13 años, quien relató que vive en Finca El Algarrobal, departamento Anta y que sorprendió a su actual pareja en la cama de su hija y cuando le reclamó, la amenazó con un cuchillo y luego las expulsó de la vivienda. Se pudo conocer que no era la primera vez que Orellana sometía a la menor y que la mantenía amenazada para que no contara a nadie lo que sucedía.
Para la condena fue fundamental en la investigación el informe que realizó el Servicio de Biología Molecular del CIF, que permitió identificar el perfil genético del acusado en distintas muestras tomadas en relación al caso.
Lesiones graves, 5 años de cárcel
El juez de la Sala II del Tribunal de Juicio de Tartagal, Anastasio Vázquez Sgardelis, condenó a Lisandro Emanuel "Kimi" Morales, de 24 años, a cinco años de prisión efectiva por lesiones graves. El 10 de octubre de 2019, Morales atacó a su víctima, cuando éste intervino en defensa de un familiar. El acusado sacó un elemento punzo cortante con el que lo lesionó en el abdomen al joven.
Por las lesiones sufridas, la víctima estuvo internada en terapia intensiva con diagnóstico de perforación de intestino y peritonitis.